Mi experiencia con la fotografía comenzó hace aproximadamente 20 años. Por aquel entonces conseguí mi primera reflex. Era una maravillosa Cosina con la que pasé divertidos momentos. Simultáneamente comencé a experimentar en el cuarto oscuro.
Me encanta el mundo de las cámaras manuales. Robustas, eternas. Las siguientes cámaras fueron una Canon F1 y una F1-New. Forman parte de ese reducido grupo de cámaras seriamente concebidas para el fotógrafo profesional. Y eso se nota por su fiabilidad, por la robustez, por el sistema de ópticas y accesorios y por el paso de los años. Ambas realizadas en titanio… una verdadera maravilla.
Tanto la forma exterior como las funciones que nos ofrecen ambas F-1 son similares pero eso sí, con ciertas diferencias. Es algo así como en la actualidad las Nikon F-90 y F-90X: las dos comparten la misma base pero las diferencian ciertos «detalles». No voy a hacer una comparativa para ver cual es la mejor de las dos.
Uno de los aspectos que más marcan la diferencia entre una cámara normal y una profesional es el visor, éste ha de ser luminoso, cubrir el máximo área del fotograma, proporcionar la suficiente información claramente en cualquier circunstancia y debe ser intercambiable.
La CANON F-1 tiene un visor intercambiable, y cuenta con una pantalla de enfoque algo incómoda para enfocar fuera de la zona central, cosa que se resuelve cambiándola por alguna más moderna de la F-1N. La información que muestra es escasa (velocidad de obturación y aguja del exposímetro con el visor pentaprisma sencillo). Para la F-1 existen 4 visores más, además del probado aquí, a saber: visor de acción, de cintura, de automatismo de prioridad al obturador y visor booster, o de fotómetro de bajo umbral de sensibilidad (útil en condiciones de muy poca luz, ¡hasta EV –3,5!)
En este punto también hay diferencias, sobre todo derivadas del hecho de que cuando se presentó la F-1N, la electrónica comenzaba a incorporarse a las cámaras fotográficas cada vez más. La escala de velocidades abarca en la F-1 desde 1/2000 a 1 seg. más posición B, siendo la velocidad sincro de 1/60. La gama de velocidades de la más reciente F-1N es más amplia, hasta 8 seg. y la velocidad sincro más alta, 1/90 y además al utilizar un flash CANON o uno dedicado la F-1N conmuta automáticamente a 1/90. En el caso de quedarnos sin pila no podremos utilizar las velocidades que van de 1/60 a 8 seg. La gran diferencia entre ambas está en que el obturador de la primera es completamente mecánico mientras que el de la F-1N es híbrido, o sea electromecánico. Esto quiere decir que es más exacto pero si se acaba la pila sólo se pueden utilizar algunas de las velocidades, mientras que en aquella no tenemos este problema.
La siguiente cámara fuen una EOS 600. Una también maravillosa cámara con la que he disfrutado muchísimo.
Permitía velocidades de obturación mucho más elevadas que lasque podía usar hasta aquel entonces.
Da que pensar el hecho de que esta cámara tenga hoy un precio (que no valor) de apenas 30 euros.
Sin duda uno de los mejores compras que pude hacer fueron unas formidables ópticas USM para esta cámara y para la siguiente: una formidable EOS-1.
Es una cámara verdaderamente profesional, sobre todo a lo que a sistemas de medición de luz y posibles automatismos se refiere.
Como siempre… permite la opción de usarla prácticamente toda manual. Permite la opción de un boost de motor, lo que le da una rapidez de unas 6 fotos por segundo aproximadamente. una verdadera barbaridad. Con ella he realizado bastantes reportajes, bodas, y muuuuchos viajes.
Conseguí a la par un magnífico objetivo Canon 80 mm 2.0 USM y un 50 mm 1.2. Ambos una verdadera delicia.
Fue reemplazada por la magnífica Fuji S2 Pro. Por motivos que no vienen a cuento he pasado de montura/tecnología Canon a tecnología Nikon.
Su sucesora, la S3 Pro. Una máquina que me brindó una calidad bastante superior, sobre todo en las saturaciones de luces y sombras. Eso sí… es indispensable rodearse de buenos objetivos 🙂 El rango tonal en las exposiciones es una de las mejoras importantes que persenta esta cámara. De hecho, mucha de la gente que la equipara con su hermana Nikon, realmente no han probado la S3. Los detalles que saca tanto en sombras como en luces no tienen NADA que ver con la Nikon.
La siguiente cámara fue la Fuji S5. Es una cámara algo más pequeña que la S3, pero que brinda las mismas, sino más características. Han cambiado algunas cosas importantes, velocidad, sistema de alimentación 8ahora usa baterías propietarias), más compatibilidad con flashes Nikon/Metz.
La cámara actual es una Nikon D700. Me la regaló Evaluna por Reyes. Básicamente se viste con el cuerpo de una D300 y usa el mismo CCD que la D3, lo cual me permite hacer fotos casi con la luz de una cerilla. Usa formato FX, con lo que he dejado ya el famoso factor multiplicador 1,5 que tienen casi todas las digitales. Ahora por fin puedo tener un gran angular!
Es un avanzado aparato de 12,1 megapíxeles, dentro del formato “Nikon FX”, de 24 x 36 mm, esto es, lo que se viene ahora en llamar “full frame”. Aunque conceptualmente la D700 debe verse como una versión “aligerada” de la Nikon D3 –el rompedor buque insignia de la firma– en la práctica, y tal como suele ocurrir en este inquieto sector fotográfico digital, la D700 incorpora avances que representan mejoras sobre lo ofrecido por la propia D3.
La D700 incluye un sistema de limpieza del sensor de imagen que utiliza vibraciones de alta frecuencia para reducir la acumulación de polvo en la superficie de dicho sensor. La batería compacta de iones de litio de 1500 mAh EN-EL3e permite alcanzar una velocidad de 5 fps, y de hasta 8 fps si se instala la unidad de alimentación opcional MB-D10 para utilizar la potente batería de 2500 mAh EN-EL4a.
Cuando sea mayor me pillaré una Nikon D3. Su funcionamiento a ISOs altos no tiene nada que ver con ninguna otra cámara que conozco.