Al igual que descubrí que mi gps es acuático (lo metí en la lavadora en el bolsillo de unos pantalones), he descubierto que mi cámara S3 es también acuática.
Hace un par de fines de semana me diluvió encima (literalmente). No pude tapar la cámara y al llegar al coche y ponerla bocabajo comprobé que del flash interno salía agua (además de estar toda entera literalmente chorreando).
Toda una buena noticia para los amantes de la fotografía submarina. 🙂
Os animo a que metáis debajo de la ducha aparatos que a priori no son acuáticos (CPUs, vídeos, televisores…). Seguramente os llevaréis la grata sorpresa de que muchos de ellos están preparados para la vida submarina.