Me he llevado una grata sorpresa al conocer la existencia de un libro (o texto, o documento…) que relaciona el arte del lockpicking con el Zen.
Se titula «Zen and the Art of Lock Picking». En él básicamente se dice que para poseer el arte del lockpiking, debes entrenarte para tener una imagimación reconstructiva visual.
El concepto general consiste en usar la información que te brindan todos los sentidos para construir una imagen mental de lo que está ocurriendo dentro de la cerradura. Básicamente, hay que proyectar lso sentidos dentro de la cerradura para recibir una imagen completa de cómo ésta responde a neustra manipulación.
Una vez que hemos aprendido a construir esta imagen, la manipulación se convierte en algo muy fácil, que como «efecto secundario» (igual que ocurre con el tiro con arco) conlleva la apertura de la cerradura.
Todos nuestros sentidos nos proporcionan información sobre la cerradura. El tacto y el sonido quizá son los que mayor cantidad de datos proporcionan, aunque los otros sentidos pueden proporcionarnos información muy valiosa.
El propósito de este ejercicio mental es adquirir una concentración relajada sobre la cerradura.
Ya se veía que detrás de cada choricillo de barrio hay un pequeño Buda que está canalizando el TAO por tu cerradura.